El Corso
Elecciones y cuartos de final
Por Ramón Hernández Reyes
“Todos, muchachos, jueguen de acuerdo a lo que planeamos…
Usted, Juan, bueno… como sabe”.
Don Fernando Marcos.
El pasado fin de semana en los cuartos de final de la liga de futbol profesional en nuestro país fuimos testigos de que hay equipos que pierden con la cara al sol y otros con una gripa se mueren de nada. La lógica jugó un papel importante, pues los cuatro mejores equipos durante casi toda la temporada son los que disputarán las semifinales, mientras que para la final saldrá un representante de una cadena televisiva mexicana, y otro de una cadena de futbol estadounidense. ¿Quién disputará la final y quién ganará? Vaya usted a saber, esa duda no es la que inspira este modesto artículo.
Lo importante de analizar las postrimerías de la temporada del futbol mexicano es advertir los partidos de los equipos que representan a uno o varios estados en que actualmente se transita por un proceso electoral. Analizar, por supuesto, la propaganda que escudada en el futbol se pudiese dar en favor de algún candidato o partido político, sus repercusiones ante la sociedad y realizar algunas reflexiones al respecto.
De los estados de la República que se encuentran en proceso de renovación de sus poderes públicos están Hidalgo –sede del equipo Pachuca– y la Ciudad de México –sede del América–; todos los demás como Coahuila –sede del Santos–, Guanajuato –sede del León–, Michoacán –sede de Monarcas–, Jalisco –sede del Club Guadalajara, como tradicionalmente se le conoce– y Nuevo León –sede de los Tigres y Rayados– no tienen proceso electoral en ciernes.
Llama mucho la atención que en las transmisiones de los equipos cuya sede territorial se encuentra en proceso electoral, y en las semifinales de nuestro insípido futbol mexicano no se haya podido percatar propaganda electoral alguna, cuando en otros tiempos de procesos electorales en otras entidades –incluso en la propia Ciudad de México y en Pachuca– se acostumbraba colocar propaganda en los partidos de futbol, bajo el pretexto de que al ser el deporte más popular en nuestro país mucha gente podía ver a los candidatos, y potencialmente fueran electores.
Lo cierto es que llamó mucho la atención que no se llevó a cabo publicación de propaganda electoral. No sabemos la causa, si es por precaución de los asesores electorales de los candidatos, por el alto costo que implica la incorporación de propaganda electoral en los estadios, porque se negaron las autoridades administrativas del estadio y de las cadenas televisivas de los equipos a ofrecer el servicio o porque resulta –a criterio de los encargados de la mercadotecnia electoral, asesores de los candidatos o partidos políticos– muy poco atractivo en términos de impacto mediático realizar propaganda en el estadio.
No sabemos si la propagada en las ciudades aludidas se llevó a cabo en las afueras del estadio o en el trayecto a él; lo cierto es que los eventos por sí mismos resultan atractivos y más sí los equipos de futbol involucrados van superando los obstáculos y pueden llegar a las instancias finales del futbol mexicano: cualquier promoción de algún candidato a expensas de la fortuna de ambas escuadras, mediáticamente puede generar buenos dividendos políticos, pues el simple hecho de relacionar a los candidatos o fuerza política con el equipo –llámese América o Pachuca– lanza al electorado el mensaje de estar con una fuerza ganadora, esto sin dejar a un lado el impacto mediático a las masas que se dejan seducir por el aroma conquistador del futbol, cuya combinación con la materia electoral hacen de ello más que un platillo suculento.
Tampoco sabemos si existe uniformidad en los costos que se cobran por la tramitación de propaganda electoral en favor de un candidato o partido político en los estadios de futbol, o si a algún candidato amigo o enemigo –políticamente hablando– les sea ofrecida la misma tarifa, los mismos beneficios y a los mismos costos.
En Michoacán, en el Código Electoral, previo a la reforma electoral del 2014, se tenía regulada esta parte que es importantísima en el proceso electoral y servía para generar condiciones de equidad en la contienda, por medio de un catálogo de medios por medio del cual se garantizara a los candidatos y partidos políticos que la propaganda que ofertaran los proveedores fuera en las mismas condiciones y al mismo costo de todos los candidatos, y además que se llevara a cabo con intervención de la autoridad electoral.
La medida mencionada generaba condiciones de equidad durante el proceso electoral, porque se tenía un registro y control sobre las contrataciones de los medios, se verificaba que no se violentara la ley al querer los candidatos y partidos políticos contratar en radio y televisión –dada la prohibición expresa por la ley que existe en la contratación– por una parte, que los costos y las condiciones fueran las mismas para todos los candidatos y partidos políticos y que, además, existiese una relación de los datos de los diversos proveedores de los medios de comunicación, para que las medidas a tomar como las cautelares fueran efectivas, y con la contratación a través del órgano electoral se daba certeza respecto de las contrataciones y adquisiciones hechas por los contendientes que impactaban en la fiscalización.
Desgraciadamente, la reforma del 2014 en nuestra entidad borró esta facultad con la cual contaba el Instituto Electoral de Michoacán (IEM), so pretexto de que la fiscalización ahora estaría a cargo del Instituto Nacional Electoral (INE). Sin embargo, se dejó de lado que la supresión del apartado que nos ocupa podía dejar gravemente en riesgo el proceso electoral al generar condiciones de inequidad en la contienda, dado que la medida mencionada servía para llevar un control en la contratación, verificar la existencia de la propaganda electoral, verificar el contenido y colocación de la misma, y además asegurarse de que los costos y condiciones eran exactamente los mismos para las partes que los contrataron, sin distingo alguno, lo cual abonaba a la certeza, legalidad y equidad del proceso.
El IEM hizo un esfuerzo enorme en el pasado proceso electoral, porque a pesar de que esta medida se había eliminado la volvió a incorporar a través de un acuerdo que sirvió precisamente para abonar al buen desarrollo del proceso electoral y a coadyuvar con el INE con la información para temas de fiscalización y monitoreo.
Visto lo anterior se hace necesario volver a incorporar este dispositivo en las reformas que se realicen a la legislación electoral, pues se insiste que desde el año 2007 a la fecha la medida en comento ha servido para el buen desarrollo del proceso electoral, máxime en el Estadio Morelos, en el cual se transmitía propaganda electoral de los candidatos, pero existía la certeza de que era para todos y además era en las mismas condiciones y costos. Ante lo cual vale la pena hacer un reconocimiento al equipo Monarcas que siempre coadyuvó en ello.
Y es que no hacerlo así podría traer condiciones funestas para el proceso electoral, pues daría pauta a que cada quien contratara con quien considerara pertinente, a la vez que existieran empresas fantasma, se dieran condiciones diferentes en la contratación y precios desiguales, y no se pudiera prevenir la colocación o publicidad que se pretendiera realizar en lugares prohibidos por la ley o con contenido denostativo, razón por la cual es inminente y necesario hacer la modificación a la ley en este sentido.
Volviendo al futbol, particularmente creo que la final se disputará entre el equipo Monterrey y el Pachuca.
Por lo pronto, usted ¿qué opina?
Ramón Hernández R.
@HernandezRRamon