“Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no necesitas temer al resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria ganada también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo, ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla.” (“El Arte de la Guerra”, Sun Tzu)
¿Y QUIÉN SOY?
Dijera Antón Chéjov: “Todo lo que quise fue decir a la gente: Mírense a ustedes mismos y vean que malas y monótonas son sus vidas. Lo importante es que la gente se dé cuenta de ello, porque entonces seguramente crearán para ellos mismos una vida distinta y mejor…y mientras esa vida diferente no exista, seguiré diciendo a la gente una y otra vez: por favor comprendan que su vida es mala y monótona”.
Y en ese contexto y ante tal interrogante: ¡que fácil preguntar ¿quién soy?, pero que difícil respuesta!
Resulta que cuando pretendemos conocernos o saber quiénes somos, siempre surgen circunstancias que nos llevan a un nuevo cuestionamiento.
Es complejo pensarnos a partir de lo que hemos hecho, la manera en que nos comportamos o por los sueños que tenemos, entre otras variantes.
En tiempos de reflexión con amigos, al polemizar sobre ello, encontramos tantas aristas que algunas de ellas pueden provocarnos desde alegría hasta miedo; es decir, nuestro dicho siempre estará influido por el estado de ánimo que tengamos, con lo cual se pierde la objetividad y, en consecuencia, se propician las diferencias entre el ser y deber ser.
Hay quien considera que nosotros nos calificamos por nuestra última acción o reacción, en cuyo caso, que triste que todo se resuma a un solo resultado; no obstante, si hay un valor en la congruencia, ésta nos debería llevar a mostrar una imagen más completa y quizás, más auténtica.
Si a veces es complejo analizarnos, para muchos es aún más el describirse.
Tal pareciera que esa labor la delegamos en los demás que debieran conocernos más que en nosotros. ¿Cuántas veces no pedimos a otros que nos definan?
Es más, desafortunadamente le damos más valor a lo que otros expresan, quizás buscando consuelo en sus palabras o bien, por desconocimiento, comodidad o simplemente, por ego.
Un auto análisis consciente de nosotros implica un gran compromiso; no es fácil mirarnos al espejo con visión crítica y analizar nuestra alma.
Nos han dicho que somos la suma de nuestras vivencias, enseñanzas y el aprendizaje de nuestras experiencias y con ello, pretendemos saber de nuestra identidad.
Si lo hacemos de manera errónea y con suaves adjetivos, seguro aderezaremos nuestros días; no obstante, podemos incurrir en el error de olvidar que éstos pueden ser sumamente insípidos cuando los esfuerzos son vanos y no reales por alcanzar nuestros sueños. Ni hablar si hemos prescindido de ellos por placer.
Atendiendo a lo anterior … ¿te has preguntado si tu vida es mala y monótona?
¡YO, ANTE MÍ!
De repente los astros conspiran y te ponen en una situación crítica, te cuestionas por todo, no quieres comentarlo con nadie y tienes momentos de introspección; realmente necesitas saber que tan fuerte eres para enfrentar la situación … ¿por dónde empezar?
Ante tal supuesto, imaginemos que partamos de cero y busquemos lo básico para decir quiénes somos … ¿de qué manera inicio el análisis?
Mario Benedetti citaba con razón “has el bien que la vida tiene memoria” y, en caso de aún que no sepamos cada uno de nosotros quienes somos, lo cierto es que, si hacemos el bien para quienes están a nuestro alrededor y, obviamente, para nosotros, tendremos ya un punto positivo que señalar y a partir del cual, partir con el análisis.
Hecho esto, busquemos a quienes están a nuestro alrededor y quienes inciden en otros. Si la premisa “quien con lobos anda, a aullar se enseña” es cierta, será claro saber que ellos también serán un referente de nuestro actuar. Es decir, si compartimos con personas de bien, será otro elemento para sumar.
Aunado a lo anterior, percatarnos que ejercitamos los valores y principios que aprendimos en casa y, por ende, tales virtudes imperan en nuestro actuar, nos dará la pauta necesaria para calificar al ser que somos. Adicionalmente, la constancia es muestra de congruencia.
No es necesario atender a los aspectos materiales o al cúmulo de bienes para saber que somos o no personas de éxito; por el contrario, mirar a nuestro alrededor y sentirnos arropados con las almas que cobijamos o las sonrisas y paz que propiciamos siempre será un mayor referente.
Alguna vez durante mi niñez, escuché a un adulto que decía que lo mejor que había hecho en su vida era tratar a la gente que estaba a su alrededor tal y como le gustaba ser considerado. Este lineamiento tan sencillo me dio la pauta para aplicarlo cada día y efectivamente, me sirvió. Es más, sin pretenderlo hacerlo una lección de vida, realmente al vivirlo, se logra transmitirlo al resto de las personas y tiene un efecto exponencial.
No cabe duda de que lo que señalara Søren Kierkegaard es perfectamente aplicable: “Las cosas más altas y hermosas de la vida no se oyen, ni se leen, ni se ven, sino que, si se quiere, se viven”.
En tu caso … ¿cuál es el lema que utilizas al abrir tus ojos a un nuevo día?
Ahora bien, ya tenemos elementos suficientes para dimensionar nuestra realidad, con nuestra esencia y presencia; es decir, conocemos lo que somos, aunque quizás dudemos de lo que queremos, más no lo que no deseamos. ¿Qué más falta?
Bien dicen que somos amos de nuestro presente, más no de nuestro destino. Anhelamos que éste llegue, pero no está en nuestras manos asegurarlo.
El pasado sucedió y bueno o malo, así lo decidimos o cuando menos, en el participamos. El presente lo construimos con nuestros actos y arrepentirnos o enorgullecernos será una consecuencia.
En palabras de Lucio Anneo Séneca: “En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto” … ¿a qué le das tu prioridad?
Si tu esfuerzo es ocuparte del pasado, sin duda alguna te olvidas de tu presente y comprometes tu futuro.
Que caso tiene llenarte de apegos para luego ocupar tus instantes en renunciar a ellos. No hay razón para encadenarnos al pasado y torturarnos con formalizar los desapegos en el futuro, mejor maximicemos el “hoy”, centremos nuestra atención en ello y disfrutemos los “ahora” que lleguen a nuestro camino.
Aprovechar la oportunidad que se nos da con el despertar, el hoy es ver el presente como eso, un presente que se nos brinda para actuar en él. Atreverse a vivir cada y con voluntad, decidir que hacer, pintar a placer en el lienzo que con el tiempo se convertirá en un recuerdo; después de todo, quizás la vida sea corta, pero en nuestra mano está hacerla inolvidable. Evitar las distracciones, atender las prioridades y vivir con alegría, es fundamental.
Hay personas que estructuran tanto su vida que se les olvida vivirla y como citara John Lennon: “la vida es lo que pasa cuando estás ocupado haciendo otros planes”.
Vivir con orgullo tú hoy, dará motivos para que otros valoren tu presencia e iluminen con sonrisas tu memoria.
Trascender es ser energía en otros … ¿lo sabías?
TU MOMENTO.
A veces, la vida es tan curiosa que nos muestra instantes de contraste. Por un lado, deseamos ser buenos y nos lastimamos; en otros, intentamos ser villanos y damos paso al héroe que con resultados alcanza la gloria no pretendida.
En fin, lo cierto es que son más las ocasiones que con voluntad alcanzamos los resultados y si bien no estamos negados a las sorpresas, es tiempo de estar conscientes de nuestras realidades y para ello, ser responsables de nuestras acciones.
Si hay algo que nos frena, tenemos todo para salir de ahí y construir la vida que deseamos.
Estamos conscientes de que aún con dudas, conocemos nuestra esencia y tenemos indicios de nuestras pretensiones; razón por la cual, no tenemos excusas evitar dar el máximo a cada día.
Hagamos que los “hoy, ahora” se conviertan en nuestra meta cotidiana y como tal, ocupémonos de ellos como un compromiso constante.
No necesitamos de años de estreno para cambiar, ni de aniversarios para observar nuevas virtudes; si algo no nos gusta, trabajemos en el escenario que nos llene como personas.
Por más trillado que pueda estar la frase “ser la mejor versión de nosotros mismos”, demos nuestro máximo esfuerzo por hacerla un hábito. Olvidémonos de los “nunca” como una manera de inhibición y asumamos los “siempre” como objetivo para alcanzar nuestros sueños.
Tengamos en cuenta lo señalado por George Bernard Shaw: “la vida no va de encontrarse a uno mismo, la vida va de crearse a uno mismo”. En ese contexto: ¿qué has hecho hasta hoy con tu vida?
Al final del camino sabrás … ¿SI VIVISTE UNA RUTINA O UN SENDERO DE AVENTURAS?, ¿SI HAS DADO LO MÁXIMO DE TI EN CADA UNA DE TUS BATALLAS?
Facebook: @RuizRoblesCP22
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22
Posdata: ¡Gracias por tanto en 2024!
Mensajes de WOWmx.TV:
NAVIDAD: https://www.facebook.com/share/v/1Y1zkJTo5S/
AÑO 2025: https://www.facebook.com/television.wowmx/videos/605825011814061
Mensaje de RUÍZ ROBLES CORREDORES PÚBLICOS Y PERITOS TRADUCTORES / CP22
NAVIDAD: https://www.facebook.com/share/v/1EiuQ6d92X/
https://www.facebook.com/share/p/1BsQJcnFbc
AÑO 2025: https://www.facebook.com/share/p/1Xz1zjJcgH/
https://www.facebook.com/share/p/1Mj3eJLCoC
Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!