DONALD TRUMP: MAL COMIENZO
Por León Felipe Doguera
En momentos en que comenzaba la reunión de la Convención Nacional Republicana en Cleveland, EE. UU., para nominar a Donald Trump como su candidato a la presidencia de ese país, nada le pintaba bien al magnate de la industria inmobiliaria y de bienes y raíces, quien había hecho de todo para no llegar en los mejores términos, de simpatía y sinergia, a la decisión interna de su propio partido sobre una candidatura presidencial que no suscita confianzas ni adhesiones.
No había duda de que Trump sería el candidato presidencial del Partido Republicano (PR), pero recibió la nominación en medio de la peor división que haya enfrentado su partido desde la posguerra.
El mal comienzo de Donald J. Trump como abanderado presidencial del Partido Republicano, está presente en varios hechos: recibió la candidatura en medio de grandes protestas de las minorías raciales –sobre todo latinas- que integran esa nación; el discurso de su esposa Melania, en plena convención -plagio de otro que había pronunciado Michel Obama- dejó en claro que ella y su esposo son apoyados por un equipo deficiente; más aún, Trump no es respaldado por las grandes personalidades y las élites dominantes de su propio partido.
Es un hecho relevante que un sector importante del Partido Republicano está viendo como un desatino para su causa la nominación de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos; pero, además, empieza a cundir la idea de que su candidatura puede significar una señal equivocada -de alarma y peligro- para la inserción de Estados Unidos en el mundo global, en momentos en que la peor amenaza de la época está constituida por la capacidad de destrucción y muerte del terrorismo islámico.
Es decir, en momentos en que el mundo ve con gran preocupación el sectarismo ideológico y político en todas sus formas, y en instantes en que la intolerancia hacia las minorías se ha convertido en foco de alerta en muchas naciones, y en una amenaza global, Donald Trump no es visto como la mejor carta del Partido Republicano para la contienda presidencial de Estados Unidos.