KUTSI
Argéntea voz
que en errantes
noches
habitas
¡Tócame!
¡Hiéreme!
el corazón,
los párpados,
la infante
madrugada
que eleva
su cálido
silbido
de elegía
Para
despertar
cayendo
a la perpetua
marejada de sol,
donde jamás
se volverá
a posar
la primigenia
vista
MÁXIMO ALBERTO
PERPETUA IGNICIÓN
Me gustaba tanto cuando hablábamos de amor
y la distancia a nuestros cuerpos
jugaba a lo próximo,
a lo etéreo;
a lo que jamás debe existir.
Me gustaba tu voz,
tanto en las mañanas de lluvia,
como por las tardes
y cuando el sol volvía a salir;
caminando hacia aquella dirección
donde sólo tú podías dirigirte.
Me gustaba cada hemisferio,
cada sombra,
cada sublunar momento,
que al contacto parecían tan reales.
Todo.
Me gustaba tanto.
Todo.
Que a la espera de un final
o escondrijo,
solo pude reconocer tan detestable rescoldo
que en perpetua ignición habita.
Máximo Alberto
APETENCIA
La apetencia
nos nutre
a la distancia
sin mostrar jamás resistencia alguna
ante aquello que siempre ha sido persistente fuego
ante aquello que siempre se ha presentado como el antídoto de lo irremediable
tenue y colérica se presentará ante el más fuerte de los corazones con la intensión de aniquilar su más íntimo origen.
¿Pero qué tan difícil resulta el darse cuenta de lo plausible en el carnaval de lo mil veces presenciado, a quemarropa?
Demasiado… será la palabra en creciente lejanía, el auge de avivar el exilio,
la pasión que nos cubre en virtual goce;
de aquellas tantas cosas innecesarias,
miserables, en demasía;
mas, introducidas,
conformes,
paradigmáticas.
Máximo Alberto