16 agosto, 2025

Otra Morena es posible

Por Leopoldo González

Es una práctica muy recurrente decir que Morena está bien, que no hay fisuras en su interior, que el partido mantiene un clima de unidad como nunca y que todo es miel sobre hojuelas.

Todo esto se dice a nivel dirigencia, en los círculos partidistas más cerrados y en el argot marginal del “chairo”, como si fuese una certeza teológica o una verdad esculpida en mármol.

Estas versiones, las de que todo marcha muy bien en el partido gobernante, por su flagrante manía de ignorar la realidad y su propensión a la mentira, deben verse con desconfianza crítica y tomarse con prudente reserva, porque no suenan lógicas ni auténticas.

En los primeros años de su historia, Morena y la 4T produjeron varias verdades necesarias sobre nuestra vida pública, pero en el corazón de una mentira global.

Todos sabemos que Morena es un partido bienintencionado: de hecho, es un catálogo profano y un catecismo laico de la buena intención. Pero también sabemos que la buena intención no basta ni es suficiente para gobernar a un país, cuando lo que se ocupa es ciencia y conocimiento.

En un país como el nuestro, abrumado de tanta decepción y enfermo de desesperanza, era necesaria una oferta política que restituyera al ciudadano su necesidad de volver a creer y le devolviera la esperanza real en algo o alguien. Morena llenó ese hueco por un tiempo, pero hoy parece una reedición de las estafas y negruras que surcan el cielo de México.

Un buen partido y un partido bueno ocupaban los mexicanos para dedicarse a trabajar y estudiar, para detonar un círculo virtuoso de emprendedurismo social y refrescar la autoestima colectiva, pero lo que en gran parte se ha hecho es crear una generación inútil: un cuerpo de atenidos y dependientes sociales, cuyo condicionamiento más básico es la chequera asistencial del burócrata.    

Un partido cuyos dirigentes y voceros dicen que anda bien, pero se ha convertido en el centro de los narcoescándalos de hoy, en referente de corrupción e impunidad al más alto nivel y en ejemplo de incongruencia política, no está bien ni puede marchar bien.

Al margen de que sea disonancia cognitiva o cinismo, un partido no está bien si pregona una cosa y hace exactamente lo contrario.

La riqueza lícita y legítima es producto del trabajo lícito y legítimo, no de la extorsión estomacal, social y política.

Los viajes internacionales, con lujos astronómicos y gastronómicos de gran alcance, por figuras muy conocidas de Morena y la 4T, a lo largo de los meses de julio y agosto, no precisamente indican que San Francisco de Asís sea el santo de cabecera del actual gobierno, o que en él se tenga una gran devoción por el eufemismo que se ha dado en llamar “austeridad republicana”.

Los lujos en el vestir con la marca Ferragamo, los relojes Cartier y Tiffany y los tufos comerciales de gran prosapia como Prada, antes sólo dignos de la columna de Agustín Barrios Gómez y exclusivos de apellidos de mucho lustre, hoy no se toman como un estigma deslegitimador de la izquierda pura, sino como santo y seña de una izquierda casi de derecha: es decir, monetarista y centavera.

El peligroso acercamiento de una parte del obradorismo a la subcultura de la hamponidad, de acuerdo con informes del Departamento de Estado y la DEA en EU, lo que indican es una gran debilidad por la lumbre en ciertos niveles de la política mexicana.

Un escándalo tras otro, en muy pocas semanas, han debilitado enormemente la imagen y la credibilidad de la 4T a la vista de millones de mexicanos.

Y frente a ello no se han visto, por parte del partido gobernante y de la burocracia federal, sino débiles y tímidos desmentidos y uno que otro regaño cordial, pero ninguna acción decidida sobre una capitulación o un cambio de rumbo en los usos y los abusos del poder.

Una Morena cuestionada y desgastada como la que vemos, de muy poco le servirá a quienes aún creen en esa causa y a México.

No obstante, si de aquí en adelante se emplea a fondo la inteligencia ideológica y política, otra Morena podría ser posible para México.


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En su vocación intelectual, 17 variedades de izquierda llegó a identificar en el mundo Norberto Bobbio; en México sólo se ocupa una, pero auténtica.

leglezquin@yahoo.com 

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