“Ámalos a todos, confía en algunos, perjudica a ninguno.” (William Shakespeare)

DEL AMIGO DE UN AMIGO.

Bien dicen que las fábulas son textos literarios breves de los que derivan enseñanzas para la vida, a través del actuar de animales con características humanas y acciones que nos invitan a la reflexión.

En ese sentido y aprovechando las experiencias que se comparten en las reuniones con amigos, valdrá la pena recrear el sueño de un joven por hacer la diferencia al participar de un emprendimiento informativo en un contexto en el que la objetividad distaba mucho de ser compartida en su comunidad.

Expresado lo anterior y a efecto de mantener su identidad en secrecía, habrá que ir a un lugar muy pero muy lejano de nosotros, pero también alejado de la realidad. Pensemos pues en una aldea encerrada en una burbuja, en la cual, sólo se hablaba de lo que quienes ostentaban el título de patriarcas imponían; es decir, los leones.

Mitos viejos con ideas moderadas eran el común de los comentarios que todos profesaban y si bien, no había lugar para expresar opiniones distintas ni frescas ni mucho menos, pruebas contundentes que llevaran a considerar la existencia de represión excesiva, lo cierto es que los habitantes buscaban evitar manifestaciones que incomodaran a las autoridades, en algunos casos eran chacales, en otros cotorros pero en la mayoría ovejas. No obstante, no faltaban los gallardos aventureros que asumían los riesgos venciendo sus temores y lo hacían, éstos como audaces roedores, liebres o águilas llevaban a todas partes sus noticias. De hecho, su actuar eran bocanadas de aire fresco en medio de la rutina y la manipulación.

En fin, llegó un día en que los temerarios informantes buscaron reunirse para en piedras y hojas de árbol dar a conocer su sentir de su actualidad y ahí empezó el sueño de un venado por ser parte de ese cambio.

En tu vida … ¿has visto a las fábulas como una herramienta para ilustrar tu vida?

AL MIRAR EL MUNDO.

Citaba Pablo Neruda: “muere lentamente quien se vuelve esclavo de la costumbre, … quien hace de la televisión su gurú… quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no piensa en la gracia en sí misma, … quien destruye su amor propio, … quien no se deja ayudar, quien pasa sus días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Evitemos la muerte en proporciones suaves, recordando siempre que estar vivo requiere de un esfuerzo mayor que el simple hecho de hacerlo respirar…”.

Los leones, a veces como tiranos, otras como meros suministradores de verdades a modo y las más como limitadores de libertades, pretendían que sus dichos fueran repetidos por los parloteadores con el propósito de mostrar lo que querían y no dar lugar a otras opiniones, en el entendido que, de escapar de su control, también tendrían marrulleros mapaches que podrían agobiar la crítica, después de todo, a falta de espacios de expresión, ganaban las verdades oficiales y en consecuencia, a veces pretendían fomentar habitantes moribundos.

En fin, ese era el panorama común de los aldeanos al que se enfrentaban los temerarios pensadores; razón por la cual, pretendieron en hojas de árboles alzar la voz plasmando sus puntos de vista y difundir su material fuera de los canales convencionales.

Llegaban por lianas, balsas, amarrados en piedras y contagiaban con alegría a quienes los veían; de hecho, nunca se había visto tal ejercicio de difusión. Lo curioso de todo esto es que los pensadores rebeldes no tenían necesidad alguna de ello, bastaba conocer de la labor que realizaban y de sus constantes reconocimientos para entender y aplaudir su actuar generoso; de hecho, era más su deseo de pregonar a los cuatro vientos que el esfuerzo de conocer era más que la silenciosa rutina de ignominia de la ignorancia.

Esa combinación de ausencia de ego y muestra de humildad colectiva, no sólo inspiro a los ya entusiastas sino también sacudió los estándares comunes de los moradores de ese sitio utópico.

Hay esfuerzos que hacen la diferencia … ¿tú has sido parte de ellos?

DE SOMBRAS A LUCES.

En todo este contexto, se dio el encuentro del cervatillo con una vieja tortuga, sabedora y convencida que la madurez de una sociedad, depende de la magna protección de la libertad de expresión de las ideas.

El nobel ciervo se acercó en diversas ocasiones al veterano quelonio para cuestionarle sobre la razón de exponerse a la difusión de ese rotativo; a lo que tranquila y pacientemente respondía: “el esfuerzo de hoy por exponer opiniones, será herramienta habitual de tu criterio a futuro”.

En fin, los cuantos que eran al principio se convirtieron en cientos y su ejemplo y mensaje trascendió de miles a millones; sin duda que era un emprendimiento contagioso que trascendió no sólo su hábitat sino fue muestra ante el mundo conocido. Desde luego que hubo de todos, desde críticas hasta censura, desde vítores hasta aclamaciones; sin embargo, la verdadera algarabía estaba en el aporte que hicieron ese puñado de valientes en pro de los derechos fundamentales de los aldeanos.

La libertad de prensa no sería más aplastada por intereses mezquinos; los límites estarían en los valores, conocimientos y derechos de los demás y con esa convicción continuaron avanzando. No había lugar conocido que no se viera con incredulidad el logro comunicativo alcanzado.

La manera sencilla, concreta y congruente de exponer argumentos desnudaron la realidad que por tanto tiempo se mostró oculta o disfrazada.

A varios lustros de ese gran acontecimiento, aún existen espíritus autoritarios que pretenden desvirtuar la realidad, desasear lo que es claro y distraer de lo verdaderamente importante; sin embargo, aún se oyen gritos de rebeldes que con valentía exponen su sentir y pensar.

Ante ello, vale la pena tener presente lo señalado por Warren Buffett: “alguien está sentado en la sombra hoy porque alguien plantó un árbol mucho tiempo atrás”; es decir, las decisiones que en ese tiempo se tomaron, han servido para crear nuestro presente. Que sabia fue la inversión de esos temerarios que, con visión, procuraron un futuro con más libertades; sin duda que ahora nos toca preservarlo.

Si le dieran a escoger a los aldeanos, ¿qué opción crees que tomarían: la dulce penumbra o la realidad por más difícil que sea?

¿Y LA REFLEXIÓN?

Con el pasar del tiempo, el cervatillo llegó a ser venado y en su madurez, no sólo exhibía sus enormes astas, sino que mantuvo con sus dichos y hechos ese espíritu para procurar la libre manifestación de ideas que le ha inspirado en su vida. Del ejemplo de la tortuga y el resto de los temerarios pasaron a ser su vida junto con la de los nuevos aventureros que les siguieron ahora al referente de la expresión sensata. Como un logro en su vida y en compañía de más entusiastas fundo su propio medio para informar de todo tipo de emprendimientos al resto de su comunidad.

Lo que para muchos fue un ideal de periodismo, ahora era una constante en la información. Si bien no fue necesaria una reforma en las leyes que imperaban en ese lugar con límites, si fue justa una reforma en el pensamiento de los lugareños.

Dentro de ese contexto, le llego una invitación al gran ciervo para mostrar sus ideas y cornamenta ante el comité de sabios libertarios siempre en defensa de los testimonios vivos; y ahí, en presencia de algunos sobrevivientes de los inicios y de los nuevos valores, logró su sueño … ¡ser parte de ese espíritu de cambio que le mostrara la tortuga, la cual seguramente ya había trascendido a su etapa de ángel!

Dijera Walt Disney “Si lo puedes soñar, lo puedes lograr” y que mejor que la breve narración para demostrarlo.

Hoy leemos la historia de un bambi que con inocencia y arrojo creyó en el cambio que propusieron unos seres con aplomo y a su lado, lo lucho y más tarde, consiguió hacerlo posible; desde luego, su esfuerzo representó algo pequeño, quizás unas gotas, pero sumado con los de los otros, fue todo un mar.

Te has percatado … ¿cuántas veces no prescindimos de la imaginación y las metas en aras de la comodidad?

En estos momentos, ¿qué reto te trazarás en beneficio de los demás?

Es cierto, la vida es una y tendrás que maximizar todos tus esfuerzos en ti y en quienes amas; no obstante, es válido pensar en los demás, proponer acciones y concretarlas en su beneficio.

Quizás no se hable más de leones, tortugas o demás animales para ilustrar relatos positivos que comprometan nuestro pensar; sin embargo, cada vez se hace más necesario cuestionar si lo que recibo del mundo es equiparable a lo que yo le brindo a éste.

Es probable que nunca nos imaginemos como el venado cuya cornamenta ilustra majestuosamente el bosque, pero de lo que estoy seguro, es que una persona con valores, conocimientos y respeto cívico siempre será una digna representación de un ícono a seguir.

¿ESTÁS EN EL CAMINO DE SERLO?

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