2 noviembre, 2016

Donald Trump y su sombra: Leopoldo González

Donald Trump y su sombra

Por Leopoldo González

trump_clintonEl magnate norteamericano Donald Trump, como empresario y candidato presidencial del Partido Republicano (PR), en distintos momentos de su campaña ha mostrado que no tiene la sensibilidad humana, el talento político, el tacto diplomático, la habilidad y la cultura general que se requieren para dirigir a un país tan diverso y complejo como los Estados Unidos.

Es probable que la intervención del FBI en la investigación de los correos que habría enviado la asesora de Hillary Clinton, cuando ésta fue Secretaria de Estado, detengan y amortigüen la estrepitosa caída que venía registrando el magnate en las preferencias electorales de los estadounidenses, y hasta le signifiquen un respiro momentáneo. Sin embargo, a ocho días de las elecciones más competidas y trascendentales de la historia de EU, tanto las encuestas aisladas como la “encuesta de encuestas” siguen favoreciendo el voto a favor de la candidata demócrata a la presidencia de ese país.

Lo que no parece variar es el poderoso influjo negativo que ejerce su sombra sobre Donald Trump, pues el cúmulo de errores que ha cometido -en términos de estrategia, de discurso, de márketing y de relación con los más media– desde que el Partido Republicano formalizó su candidatura presidencial, sigue en aumento.

En la mentalidad promedio del pueblo norteamericano, a unos días del martes en que tenga verificativo la gran cita con el voto popular y el voto electoral, el imaginario negativo que acompaña a Donald Trump son los escándalos de acoso y hostigamiento sexual; su desprecio de las minorías raciales que han sido la base productiva y generadora de riqueza del imperio norteamericano; su misoginia y pésima visión de la imagen de la mujer estadounidense; la insolencia y prepotencia de su trato hacia sus trabajadores manuales y socios corporativos; su visión “gerencial” estrecha de la economía de toda una nación y, desde luego, su peligrosa cercanía con un Putin que es, hoy por hoy, el principal y el más preocupante factor de contaminación del frágil equilibrio global.

No deja de ser extraño -aunque explicable- que siendo Trump quien es: un personaje sin sensibilidad ni empatía; un ignorante e inculto metido de rebote a la política, tenga seguidores. Sin embargo, su falta de base social y de estructura, su nula comprensión del rol de EU en la economía global y ser un personaje anticlimático para el ejercicio de la política, lo colocan ya en su tamaño real: como un competidor menor en la búsqueda de la Casa Blanca.

Si en las encuestas electorales levantadas en los últimos dos meses en los 49 estados de la unión americana Donald Trump no “pinta” en más de cinco de ellas, en la “encuesta de encuestas”, al día de hoy, Hillary Clinton mantiene una preferencia en la intención de voto de entre el 12 y el 18 por ciento sobre el candidato republicano, lo cual podría dar la mayoría al Partido Demócrata en las dos cámaras legislativas.

Además, si a esto se suma que de los 23.3 millones de estadounidenses que ya votaron, Hillary Clinton tendría poco más de 259 votos electorales asegurados, de los 270 que se requieren para ganar la elección, esto implica que el próximo podría ser un “martes negro” para Donald Trump y quienes alientan la idea de la “supremacía blanca”.

Si las cosas ocurren, de aquí al martes que viene, con la lógica de los números que hemos visto en los días recientes, Estados Unidos se habrá librado del más formidable peligro interno que haya tenido que enfrentar desde los días de la “Gran Depresión”.  

 

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