“¡Amar, amar, amar, amar siempre, con todo el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo; amar por toda ciencia y amar por todo anhelo!”. (Rubén Darío)
BIENVENIDOS.
Hace unos días tuve el gusto y honor de ser invitado e integrar la comitiva para la celebración el 19 de julio en Managua, Nicaragua, del 45º Aniversario de la Revolución Popular Sandinista. Que gran oportunidad de conocer la tierra de grandes personalidades, como la del poeta, escritor, periodista y diplomático Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido como Rubén Darío (nacido en Metapa, 18/Enero/2017 y murió en León, 6 de febrero de 1916).
Si bien tuvimos varias ocasiones de compartir con la gente en eventos populares de diversos lugares, lo que a todos nos llamó la atención fue la algarabía con la que cada comunidad festejaba sus fiestas.
La música no paraba ni los vítores por su celebración; a tal grado que, era fácil repartir sonrisas con todos.
Noche tras noche, conforme aparecía la alegría era mayor la exhibición de un nacionalismo sumamente arraigado en los jóvenes.
Ni hablar de la cordial recepción que nos fue dispensada por las autoridades conforme visitábamos a su comunidad; realmente, por más que queríamos, no hubo agradecimientos, detalles ni palabras suficientes en correspondencia a tantos gestos de afecto, respeto y cordialidad.
Al final corroboramos la frase de Simón Bolívar y que hemos hecho propia: “Amo la Libertad de la América más que mi gloria propia y para conseguirla no he ahorrado sacrificios”.
LA RIQUEZA DE UNA NACIÓN.
No cabe duda de que el tesoro que ahí descubrimos es el de la convicción de los jóvenes por hacer cada vez más fuerte a su país; sin duda que ser testigo de ello, es el mejor recuerdo que podemos llevar en nuestro corazón.
Seguramente, ellos están conscientes de la historia de su nación y lo que les ha costado llegar a este momento; entendiendo que no es una situación perfecta pero seguro será perfectible en la medida que ellos den lo mejor de sí para lograrlo. No hay nada que demostrar al mundo, basta vivir de acuerdo con su sentir patrio que a cada momento exhiben.
De hecho, era tal su compromiso, que a cada instante mostraban una seguridad absoluta en que su futuro les pertenece y que harán todo por lograr la grandeza de sus sueños. Sin duda que las palabras “rendirse” o “someterse” están excluidas de su vocabulario.
Un detalle que me conmovió fue el de varios adolescentes que lloraban al sentirse parte central de su fiesta cívica nacional. Comentaban que, si sus antecesores lo habían dado todo por ellos, era lógico que ahora les correspondiera dar el máximo por los que vienen.
“Sabemos bailar tanto como luchar” era parte de los coros que se distinguían en las exclamaciones festivas durante los eventos; y me queda claro que su ritmo es impresionante. La cadencia de su danza era tan contagiosa que resultaba difícil mantener los pies quietos.
Al mirar esto, me convenzo más de la gran responsabilidad que tenemos como sociedad de generar condiciones adecuadas para las futuras generaciones y, desde luego, para nosotros mismos.
Desdeñar este compromiso, seguramente nos generara más problemas y decadencia, incluyendo adicciones, de las que en muchos lugares ya apreciamos. ¿Coincides en ello?
¡ATRÉVETE A CONOCER!
Previo al viaje, unas semanas antes me di a la tarea de estudiar de manera integral sobre el país, atendiendo a sus temas políticos, económicos y sociales.
Hice el ejercicio de platicar con diversas personas al respecto; siendo una constante el gran desconocimiento existente.
En el mejor de los casos, la información que ellos me proporcionaban era somera; de hecho, atendía más a lo que habían escuchado de terceros o bien, de referencias a noticias de los medios que no siempre resultaban fundadas o completas.
Ya para terminar, charlé con algunos amigos que habían visitado el lugar y me sugerían que no me precipitará a elaborar alguna premisa, sino que lo hiciera hasta que llegará el momento de estar ahí.
En fin, conforme confrontaba los textos con los dichos, era más grande mi sorpresa por el desconocimiento mayúsculo y las especulaciones existentes; no obstante, cada vez me resultaba más interesante la investigación y se incrementaban mis expectativas para conocer físicamente el lugar por primera vez. Fue tal mi sensación por la novedad que realmente evite ya viajar con juicios prematuros.
Al llegar, todo fue una grata sorpresa y conforme avanzaban las horas entendía los consejos que había recibido.
De hecho, me gusto una frase de la canción “Soberanía” de los “Rústicos del Norte” que señala “… afuera, afuera pueden decir lo que quieran, pero si están en tierra nica, respeta mi bandera …”.
Y en ese sentido, tal pareciera que es una mala costumbre de las personas el hablar sin saber, presumir hechos o acciones sólo por lo que otros infieren y establecer juicios sin investigar previamente.
Me queda claro que un requisito indispensable para la sensatez es tener pleno conocimiento de la causa o situación en cuestión, asumiendo que, si hablas de un país, lo menos a lo que se puede aspirar es a que se haya estado en éste y compartido con su gente.
No cabe duda de que las especulaciones pueden afectar a terceros … ¿Te ha pasado?
¡UN SOLO ESPÍRITU!
Nuevamente cito palabras de Bolívar que ilustran mi sentir: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo”.
Si bien en Latino América tenemos más de quinientos años de ser un legado de indígenas, españoles y portugueses, con uniones, divisiones y mestizajes; debemos considerar que nuestros pueblos tienen fuertes vínculos que van desde lo territorial hasta la cultura, las tradiciones e identidad, sólo por citar.
Hoy por hoy, tenemos no sólo el ánimo de continuar la grandeza de cada uno de nuestros países, sino la pasión para integrar una región que destaque a nivel mundial y que represente desarrollo y beneficios para todos nuestros pueblos. Olvidar las divisiones y conciliar las diferencias que, aunque lo parezcan, nunca serán insuperables.
No pretendemos ser un imperio o una colonia, ni mucho menos parte de bloques ideológicos, intervenir en lo que no nos corresponde u ofender a otros por consigna; únicamente deseamos vivir en países con gobiernos conscientes de su compromiso con la libertad, el ambiente, la seguridad, la educación y la salud.
Los estados de bienestar y prosperidad siempre serán la meta deseable.
Quizás resulte increíble, pero siempre he considerado que contamos con todos los elementos necesarios para crecer y consolidarnos sin depender de la magnanimidad o misericordia de otros países; con la historia suficiente para vivir un futuro de igualdad con nuestros vecinos, a partir de una conciliación e integración política, cultural y económica. Esto con base en el respeto recíproco para autodeterminarnos y manteniendo nuestro lugar y nombre por la ética de nuestras acciones en beneficio de nuestros pueblos.
Alguna vez Dale Canegie dijo que “la mayoría de las cosas valiosas del mundo las han conseguido personas que han seguido intentándolo cuando parecía que no había ninguna esperanza” y, en ese sentido, si algo he aprendido de mis viajes y experiencias, es el hecho de que siempre hay gente soñadora y bienintencionada que comparte ideales de unidad con respeto y convicción, aunada a la alegría de creer que nosotros somos factores para lograrlo.
¡Hoy lo visto y vivido con nuestros hermanos de Nicaragua, es una prueba fehaciente de ello!
Y mientras más lo pienso, realmente, mi único anhelo es que nuestros pueblos en América nunca pierdan su grandeza, memoria e identidad … ¡BENDITA HERMANDAD!
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Posdata: Agradezco a la Embajada de la República de Nicaragua en México la invitación al 45º Aniversario de la Revolución Popular Sandinista.
Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!