Todos somos guardianes
Para Theo Aha Krajewski
Aix-en-Provence, hormiguero
en erupción
las casas tienen color de arena
recámaras minúsculas de sombra
compartimentos que a veces
se revelan
y nunca eran como los imaginábamos
Sus siete plazas llenas
cada noche
Babilonia de escaparates, Gomorra, Mýkonos de Francia
Por las calles angostas
todos vamos dejando hebras
de nosotros mismos:
miradas y voces que se impregnan
en la ropa y en los cuerpos de los otros
Acostumbrarse a una ciudad
es llevar dentro de sí las fachadas vivas
Encuentra cada quién a su gente, a sus amigos
Los míos tienen la mirada tierna
les gusta el silencio
la consideración
aman a la música como a sí mismos
los míos sufren por amor
en la soledad de un parque
Ayer les ofrecí guacamole y quesadillas
mis manos se me hicieron antiguas -recordaron-
al contacto con los ingredientes
Ellos me miraban sorprendidos
como viendo a un chamán o a un rapsoda
Yo sólo buscaba retribuir aquella cena
en que Theo nos ofreció, de sus manos de compositor,
cuatro rondas de ancas de rana
Mientras comíamos prendí una vela
-no preguntaron por qué ni habría podido explicarlo-
y les dije: Ya hemos tenido nuestro tanto de lágrimas
(la primera vez que coincidimos todos,
nuestras muchachas
habían apenas dejado de serlo)
Y si ya compartimos el dolor,
compartamos ahora este guacamole.
Tienes razón, respondieron
En mi pequeño estudio
con una vela encendida
cantamos a coro “So long Marianne”
y cantar es orar. Hasta pronto, Marianne,
es tiempo de volver a empezar
y reír y llorar otra vez
Pasada media noche
Theo y yo caminábamos
en una calle oscura y vacía
yo le estaba hablando de mi Marianne
cuando, al otro extremo de la calle,
con dos amigas, apareció
Ella y yo nos reconocimos de lejos
Los cuerpos vibraron (hay un solo diapasón)
cuando nuestras miradas se cruzaron
nadie se dio cuenta
Nuestros ojos nos re-unieron
y después pasamos
On a fait ce qu’on a pu
On le sait
Un dernier regard secret
Et mes amis sont mes gardiens
et ma solitude un temple
où une bougie est allumée pour toi
Je vais continuer maintenant
à entendre
à regarder
Minutos después
cuando le conté a Theo lo que había pasado
le agradecí por ser un guardián
pues él ha sido como un Mercurio protector
y lo acababa de demostrar
Hoy en la mañana
recibí un mensaje de él en el celular:
“Gracias por tus cumplidos
pero todos somos guardianes de lo que hemos aprendido
y de lo que creemos o hemos dejado de creer…
somos guardianes de la vida
heredada de nuestros padres
y de todo lo que el mundo nos ha procurado
a lo largo de los años.
Todos estamos aquí, así que ¡ánimo!
aunque el sufrimiento nunca esté lejos
aunque a veces todo parezca perdido e insoportable.
Los poetas sólo nos muestran el camino,
los músicos, los pintores, los cineastas
o al menos ofrecen sentido o consuelo
para la vieja pregunta que todos
debemos seguir respondiendo
gústenos o no
Es la pregunta de qué hacemos con el tiempo
que tenemos en esta tierra.
Todo el mundo está respondiendo
en este instante, ¿no es sorprendente?
Es algo lo suficientemente grande
para creer que muchas cosas bellas están por venir
en tanto logremos mantener
los ojos abiertos y buena voluntad en el corazón”.
David Noria
Aix-en-Provence, 1o de octubre de 2021