30 octubre, 2022

Leopoldo González: El León sí es como lo pintan

“Guacamayaleaks” sigue levantando ámpula, polvareda y demás escándalos, en torno al gobierno del presidente López Obrador.

De acuerdo con las filtraciones que ha hecho públicas la organización de hackers, en 2019 se firmó un contrato por más de 23 millones de pesos entre León Manuel Bartlett y la Sedena, para beneficiar a la empresa Cyber Robotics Solutions, propiedad del hijo de Manuel Bartlett Díaz.

Amén de que el hackeo a los servidores de la Sedena ha hecho asomarse al balcón de los impresentables a varios funcionarios de la 4T, generando incredulidad y asombro en la ciudadanía, ahora es el hijo de Manuel Bartlett, actual director de la CFE, quien se suma a la lista del trastupije y el agandalle en el gobierno que -según se dijo- iba a ser diferente.

En el pintoresco refrán mexicano “El León no es como lo pintan”, evidentemente se alude a un León real, de pelo en pecho y melena en la cabeza y en la frente. O sea, un León de verdad y en toda forma, y con garras de felino.

En cambio, el caso de este León Manuel, de apellido Bartlett, es distinto y sí es como lo pintan, aunque parezca un marsupial, un canguro de los que da a pasto la política mexicana.

Ya sabíamos que este tal Bartlett, el junior, no era un cordero ni un misionero de la caridad, desde que le vendió al sector salud cientos de ventiladores para pacientes Covid a un sobreprecio que todavía hoy escandaliza y da vergüenza, pero no sabíamos que era un crápula de enorme tamaño, hasta ahora que se supo lo del más reciente trafique por 23 millones.

Fue en un twitter, en el que Jorge García Orozco compartió documentos de la Sedena hackeados por “Guacamayaleaks”, en el que se da cuenta que la Sedena otorgó un contrato por 23 millones de pesos a la empresa Cyber Robotics Solutions, de Bartlett el junior, para dar Servicio de Mantenimiento Integral Plurianual (2020-23) a equipos médicos de la marca Intuitive, la cual cuenta con el sistema quirúrgico denominado Da Vinci.

Por lo que se ve, este tal Bartlett es de los que dan de alta corporativos y negocios en cada gobierno, según soplen los aires de la ideología, para saquear fondos públicos e hinchar la chequera, pues ya vimos que anda en diversas ramas industriales que desconoce, siempre respaldado por el poder del “pa… drino”.

No sé si en la otra, pero en esta vida de los Bartlett no se podía esperar otra cosa. Desde el padre, hacer negocios al amparo del poder con la bandera de un izquierdismo nacionalista y pueblerino, es fijación y tendencia.

Desde Carlos Salinas de Gortari, una de las avenidas del poder siempre estuvo abierta para AMLO, y Manuel Bartlett lo sabe muy bien. Necesitamos un Mario Puzo para que escriba un trhiller que bien podría llamarse “Las mil y un infamias mexicanas”.

Fue al consultar documentos filtrados por “Guacamayaleaks”, como el analista Jorge García Orozco pudo constatar que existen oficios en los que la Sedena requiere a la empresa Cyber Robotics Solutions para brindar capacitación a su personal.

Un problema de la contratación de estos servicios, radica en que la empresa de León Manuel Bartlett no fue registrada ante la Plataforma Nacional de Transparencia ni en el portal CompraNet, por lo que antes del hackeo a los archivos de la Sedena el contrato permanecía oculto.

Ahí, además, hay indicios de una felonía o de una triangulación ilícita de fondos públicos, porque la empresa de León Manuel pidió cambiar el número de cuenta inicialmente otorgado por otro, lo cual, al no quedar documentalmente claro, funda la sospecha de montos o dineros mareados a la sombra del poder.

Que se sepa, tampoco la Secretaría de la Función Pública -tan diligente en otros casos- ha solicitado el expediente a las Fuerzas Armadas, ni la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha movido un dedo sobre la ilegalidad de dicho contrato, y mucho menos lo ha hecho la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que dirige Pablo Gómez.

Es decir, hay gato encerrado en el ocultamiento del contrato, gato encerrado en la entrega de los 23 millones, gato encerrado en el sospechoso silencio de Sedena y gato encerrado en la mudez de todos los involucrados en el asunto. O sea que, en este tema, los gatos son mayoría aplastante.

Una cosa es cierta: los impresentables Bartlett creen en el capitalismo, siempre y cuando el capital sea de ellos; pero también creen en el socialismo, siempre y cuando los fondos públicos no olviden su corazoncito y la respectiva chequera.

México no es sólo uno de los países más corruptos del mundo, una “oveja negra” en materia de moral social y pública, sino uno de los pocos países en los que se puede llegar al poder enarbolando la bandera del combate a la corrupción, quizás para corromperse mucho más de quienes han pasado por ahí.


Pisapapeles

Como escribió Gonzalo Natividad Santos (el famoso “zopilote de Tamuín”): “La moral es un árbol que da moras…”.

leglezquin@yahoo.com 

   

 

 

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