14 marzo, 2021

Jesús Janacua Benites: Percibir o no percibir el cambio climático

Percibir o no percibir el cambio climático

Jesús Janacua Benites 

El cambio climático parece habernos alcanzado. El recrudecimiento de las sequías, las olas de calor y los frentes fríos son señales de que aquello que pensábamos como algo lejano en el tiempo y en el espacio, en realidad está a la vuelta de la esquina, en nuestro propio barrio. 

Pareciera que con el cambio climático nos ha pasado lo mismo que con la metáfora de la rana hervida. No nos hemos dado cuenta del problema en el que estábamos metidos como humanidad, hasta que ya es demasiado tarde. El sociólogo inglés, Anthony Giddens, comprendió muy bien la importancia de la percepción en la respuesta social frente al cambio climático. 

La paradoja de Giddens establece que:

[…] toda vez que los peligros que genera el calentamiento global no son tangibles, inmediatos o visibles en el curso de la vida cotidiana de las personas, por imponentes que estos parezcan, mucha gente está simplemente esperando sin hacer nada hasta que estos problemas sean visibles y agudos antes de emprender acciones serias, pero entonces será demasiado tarde. (González, 2012: 1044)

 

Cierto es que el cambio climático no es cuestión de percepción social y que el cambio climático existe independientemente de que lo percibamos o no. Pero la respuesta social, nuestra respuesta como humanidad al cambio climático, sí depende en mucho de la manera en que lo percibamos. En pocas palabras, si no percibimos el cambio climático, esto es, la manera en que el cambio climático está afectando a nuestra región, comunidad o barrio, difícilmente nos movilizaremos o realizaremos actividades de mitigación o adaptación. 


Ilustración 1 Actividades humanas como causa del cambio climático. Incendio forestal. Fotografía: Jesús Janacua Benites. 

 

Lo anterior, a pesar de que hoy, como nunca antes, contamos con una gran cantidad de información científica con relación a las causas y consecuencias del cambio climático en el corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, la preocupación social no parece ser coherente con las evidencias científicas, lo que ha dado lugar a la “paradoja psicológica del cambio climático”, que dice que hay una discrepancia entre el aumento de la certidumbre en la incidencia del ser humano en el sistema climático y el descenso en la preocupación social sobre el cambio climático (Huerta & Antonio, 2016). 

Por nuestra parte, en dos investigaciones realizadas con estudiantes, una de ellas con estudiantes de educación secundaria y la otra efectuada con estudiantes de bachillerato (Janacua & Alice, 2020), nos enfocamos principalmente en dos ítems: la información que los estudiantes poseen sobre el cambio climático y la percepción del mismo, para posteriormente analizar la relación entre la información disponible y la percepción. 


Ilustración 2 Desertificación del suelo a causa de la agricultura industrial, responsable de la emisión de gases de efecto invernadero. Fotografía: Jesús Janacua Benites.

 

Aunque, como muestra González Gaudiano (2012), la cantidad de información y conocimiento sobre un fenómeno no es un elemento determinante para cambiar nuestra conducta y comportamiento, sin embargo, como sostiene Norgaard (2011), conocer mucho sobre un determinado problema puede generar emociones incómodas que a su vez provoquen procesos de negación social. Con todo, también estamos conscientes de que la información y el conocimiento pueden ser un primer paso en la toma de conciencia, que puede incidir en una transformación social. 

En ese sentido, en nuestras investigaciones encontramos que a pesar de que los estudiantes poseen información sobre el origen del cambio climático y la incidencia de las actividades humanas en éste, la información que poseen les dificulta percibir las afectaciones concretas en su vida cotidiana, en su región y en su comunidad. 

Lo anterior se traduce en una baja percepción del riesgo que supone el cambio climático para los estudiantes, pues en general asocian el cambio climático con un fenómeno que sí está ocurriendo, pero lo sitúan en un lugar lejano como los casquetes polares, por ejemplo, y cuyas consecuencias llegarán a afectarles pero en un periodo de tiempo largo. Así, la percepción de los estudiantes se caracteriza por lo que se conoce como “paradoja temporal y geográfica” del cambio climático, que establece que:

 

[…] desde el punto de vista temporal, el CC es percibido por las personas desde diferentes perspectivas: como un proceso lento que comienza en la Revolución industrial (…) con el uso intensivo de los hidrocarburos, y algunos de cuyos impactos son imperceptibles o todavía no resultan visibles para todos, y cuyas manifestaciones críticas todavía no se perciben; en cambio, desde una perspectiva climática y ecológica, es un proceso demasiado rápido que ya es manifiesto. De ahí que exista una asincronía entre el “ritmo” del CC y el “ritmo” de la percepción humana, la cual plantea una serie de dificultades que deben resolverse para lograr transmitir que el impacto del CC está presente y que la posibilidad de enfrentarlo depende de la capacidad de adaptación y de una adecuada respuesta humana. (Rosas, 2014: 147)

 

De acuerdo con lo escrito hasta ahora, podemos decir que los estudiantes no perciben de manera concreta, clara y urgente el cambio climático, por lo que sus acciones, su coducta, su comportamiento, difícilmente estarán dirigidos a la mitigación o adaptación al mismo toda vez que “no ven” la necesidad de ello. 


Ilustración 3 Incidencia de las actividades humanas en la generación del cambio climático. Fotografía: Jesús Janacua Benites.

 

Una recomendación sería que el cambio climático se incluyera como un tema de estudio para los estudiantes, a través de procesos que integren la investigación regional como una estrategia de aprendizaje en la que se recuperen experiencias y vivencias de cómo está afectando el cambio climático su comunidad, su región y su barrio, para que de ésa manera deje de ser una idea abstracta y un impacto lejano en la vida cotidiana de los estudiantes. 

Bibliografía

González, E. (2012). La representación social del cambio climático: una revisión internacional. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 1035- 1062. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662012000400003

Huerta, C., & A. C. (2016). Resistencias psicológicas en la percepción del cambio climático. Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, 107- 119. https://www.fuhem.es/2017/09/11/resistencias-psicologicas-en-la-percepcion-del-cambio-climatico/

Janacua, J., & A. P. (2020). Percepción del cambio climático en estudiantes de educación media básica rural. Ciencias Sociales Revista Multidisciplinaria, 72- 95. http://www.revista.redesfuerzoslocal.edu.mx/wp-content/uploads/2020/08/Percepción-del-cambio-climático-en-estudiantes-de-educación-media-básica.pdf

Norgaard, M. (2011). Living in denial: Climate change, emotions and everyday life. Cambridge: MIT Press. Sin enlace

Rosas, A. (2014). Los desafíos del cambio climático como problema público. En J. Contreras, & M. G., Laberintos de la racionalidad ¿Crisis civilizatoria? (págs. 137-156). Ciudad de México: ítaca, Universidad Autónoma Metropolitana. Sin enlace.



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