“Si aún no estás preparado para hacer grandes cosas, haz cosas pequeñas con grandeza.” (Napoleón Hill)
¡PARA EL CAMINO!
Siempre que iniciamos un viaje de placer, buscamos hacerlo a lado de personas que nos aporten; para el caso de las salidas de trabajo, es sumamente complejo lograr esto, en virtud de que usualmente no depende de nosotros.
Al momento de empacar nuestras maletas, normalmente alistamos todo aquello que nos representa utilidad para el trayecto; sean víveres, golosinas, accesorios o bien, abrigos y uno que otro capricho.
No hay recurso alguno que nos contenga o falte, cuando se trata de actuar por nosotros y nuestro estilo de disfrutar de gustos o distracciones.
A menudo me cuestiono la razón para prescindir de recursos verdaderamente importantes, en aras de satisfacer ciertas trivialidades.
Basta ejemplificar lo anterior al recordar que cuando ya estamos en camino a nuestro destino, revisamos el equipaje y sonreímos por un descuido.
No falta la típica expresión “si hubiera” como un atenuante del error.
Sin duda alguna, para esos casos, los reproches están de más y hay tomar las medidas necesarias para subsanar, en lo posible, las deficiencias o simplemente, resignarnos.
Esto que pudiera ser justificable por nervios o descuidos, se agrava cuando nos percatamos que no compartimos con quien era importante ir o simplemente, no valoramos la presencia de quien nos iluminaba el día y, como consecuencia, prescindimos de tal contribución.
Atendiendo a ello, valdría la pena cuestionarnos la razón de tal olvido.
Si encontramos una razón legítima, quizás encontremos paliativos; no obstante, si esto resulta porque por nuestro egoísmo, ceguera o indiferencia, no supimos apreciar al ausente, además del dolor que pueda provocarnos, será buen tiempo para reflexionar al respecto.
En muchas ocasiones pasa que, a pesar de su importancia, no le dispensamos valía alguna porque asumimos que siempre lo tendremos a nuestro alcance o no reconocemos su aportación.
Sin duda alguna que su ausencia nos dolerá y lo peor, es cuando no podemos hacer algo por recuperar su presencia.
Alguna vez escuché una expresión “no hay lágrima que reviva a un muerto” y es cierto, puede ser tan fuerte esa carencia que nunca podamos superarla y en el mejor de los casos, la resignación sea un constante recordatorio de nuestro error.
¿Alguna vez te ha sucedido?
¡UN TESORO!
Es increíble como la vida nos acerca a personas con las cuales encontramos similitudes y a pesar de nuestra diferencias, grandes o pequeñas, aprendemos a disfrutar los momentos coincidentes, lo cual genera una grata armonía que nos impulsa a seguir nuestro trayecto.
Desde luego que, pueden o no, haber identidad en las metas; sin embargo, por más afines que sean, siempre habrá alcances propios, los cuales requerirán hacerlo en solitario o con mínima intervención de otros.
Muchas veces me han comentado que lo que hace a las personas inolvidables no es lo que ellas aportan directamente, sino la manera en que uno puede ser natural sin pretender actuar como el resto desea.
Si bien es cierto que todo lo que necesitamos es amor, habrá que tomar en cuenta que el primer amor es a uno mismo.
Cuando tenemos la habilidad para hacer de la felicidad de otros la nuestra, sin duda será muy satisfactorio y, desde luego, hacerlo un hábito nos dará motivos de luz e impulso para nuestras propias metas.
Me encanta la visión de los poetas que maximizan al amor y al expresarse de él, llenan todas necesidades que pudieran mostrar los seres humanos; de hecho, señalan que la imperfección de las personas al unirse y aceptarse, son su mayor muestra.
Desde luego, no es para ver todo de color de rosa, pero es sumamente agradable encontrar o ser personas verdaderas con valores y metas afines que, en la unión, producen mayores y mejores versiones.
No se si esto sea una muestra de magia, pero de que es algo especial, no tengo duda.
Contar en la vida con personas que nos inspiren, nos lleven a conocer e incrementar nuestro potencial y ser parte del cambio que deseamos es una fortuna. Hacerlo con quienes nos importan, es algo que no tiene valor.
Qué decir cuando tenemos la fortuna de ser parte de un liderazgo y entender que se llega a cada paso con esfuerzo, dedicación y disciplina, a pesar de los temores y que no hay mayor forma de predecir el futuro que creándolo.
Para estos momentos, pensar que se puede llegar sólo es correcto, pero hacerlo en grupo siempre será más placentero y nos dará la vitalidad para intentarlo más veces.
En fin, cuando tenemos la aptitud de observar que hasta el más mínimo detalle de la vida es hermoso y conectar con seres con seres con esta visión, nos lleva a vivir momentos inolvidables que nos alimentarán durante toda nuestra vida e incluso, nos iluminarán aún en aquellos instantes de penumbra.
Que grato es sabernos con la fortuna de contar con personas que nos ayudan a sembrar riqueza en nuestra alma y apreciarlas; esto nos llevará a florecer de maneras extraordinarias y en nuestras manos está hacerla cada día de esta manera … ¿estás de acuerdo?
¡UNA GRATA COMPAÑÍA!
Ya hemos visto de lo valioso que es contar con una persona que nos enriquezca; sin embargo … ¿nosotros también lo somos?
Si tratamos a los demás como nos gusta que nos traten; es muy probable que sí; toda vez que nadie pretende los malos momentos ni mucho menos, daños o duelos para uno.
En mayor o menor medida, en casa aprendimos valores, conocimientos en la escuela y experiencias durante toda la vida, las cuales nos llevaron a ser la persona que está frente a nuestro espejo, con los aciertos y fracasos correspondientes.
Entender quienes somos y darnos el justo valor nos ayuda a controlar miedos, superar deficiencias y comportarnos de la manera que nos haga sentir cómodos, entendiendo que nadie nos puede hacer minimizar sin nuestro consentimiento y no es nuestra prioridad ser superiores a nuestros iguales.
Somos tan libres que los límites, obstáculos o cadenas en muchas ocasiones nos los autoimponemos y estamos hechos para construir nuestra felicidad alcanzando las metas fijadas y disfrutando de las estrellas con tan sólo mirarlas.
Somos tan hábiles que no solo podemos soñar despiertos, sino que podemos transformar lo negativo en positivo y encontrar lo que buscamos.
Sabemos que tenemos la inteligencia para resolver problemas y estar dispuestos a tomar los retos para ser quien queremos; no tememos a los riesgos porque nos conocemos y contamos con lo necesario para tomar las oportunidades haciendo que las cosas pasen con paciencia, constancia, orden y disciplina.
El intento siempre lo veremos como un éxito en sí mismo y en nosotros estará la habilidad para llegar a las metas y disfrutarlas con quienes son sujetos de nuestro afecto.
La mayor parte del tiempo estamos abiertos a compartir y son nuestros atributos los que atraen a las personas.
Si nos damos cuenta, tenemos mucho que aportar y al hacerlo, lo que parecía imposible, lo hacemos posible.
Desde luego que sabemos lo que somos y en compañía, podemos descubrir en forma conjunta lo que podemos ser con su aportación.
Todo esto es nuestra riqueza y hoy más que nunca, tenemos la opción de fortalecer nuestras debilidades y superar nuestras metas por nosotros y en aras de colaborar con otros.
Ser trascendentes para otros no es nuestra decisión, pero sin duda alguna, dar lo mejor de nosotros a cada momento sí lo es.
Cuando nos preguntamos en reuniones quienes han dejado huella en nosotros y la razón de ello, el entusiasmo se hace presente con la narrativa que escuchamos; sin embargo, cuando nos preguntamos si nosotros lo hemos sido para otros, la inseguridad se hace presente.
Realmente, es probable que nunca sepamos si somos una buena compañía, pero si ser nuestra mejor como personas para quien esté presente. ¿ESTÁS DE ACUERDO?
Facebook: @RuizRoblesCP22
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22
Posdata: La Asociación de Abogados Litigantes de México (ADALMEX) presente en Morelia, Michoacán, en un gran encuentro de negocios.

Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!