Ennoblecer y desmercantilizar la fiesta del jaripeo: Ana Cristina Ramírez
Por Luis Felipe Reynoso
La investigadora de la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana (UMSNH), Ana Cristina
Ramírez Barrueto, señaló que en su opinión no se deben prohibir los jaripeos, “porque ello lleva a mafias que de manera muy clandestina extorsionan y se vuelve todavía más letal y violento”. Dijo que sería mejor que entre el cobro de impuestos y las regulaciones, que todos salgan a la luz, “que ninguno se sienta criminal, los que pelean perros también que salgan a la luz y que paguen lo que están haciendo y que sean observados” declaró.
Estos espectáculos operan sin reglamento, dijo, mucho menos uno que proteja a los animales, son los océanos de la ley. “Es una condición totalmente libre, no hay regulación absoluta” .
Expuso que en términos de sufrimiento animal es lo mismo una pelea de perros que una de gallos, “nos duele más la de perros porque el perro está más cerca de la condición de mascota”. Indicó que otro factor para que la pelea de perros se siga estigmatizando, es que los galleros tienen un status diferente, “tiene que ver con una dinámica social: la pelea de perros está asociada a delincuentes, es una sociología diferente”.
“El jaripeo orientado al negocio es una comercialización y una banalización del daño; “no le dejan a la banda que se calle, vemos destripados en el jaripeo, gente que le acaban de destrozar la cabeza las patas un toro, y los músicos le echan una diana y le piden un aplauso al muerto”, señaló la también doctora en antropología social.
Explicó que la cultura ranchera es digna de mucho más, “de un espectáculo mucho más digno, más cuidado, mucho menos orientado por el capital salvaje”, indicó la catedrática, y añadió: “esto huele a dinero, a dinero de ganaderos”.
En la historia del jaripeo ha habido una escalada de violencia, porque antes el jaripeo era la monta de un toro de reparo, opinó la investigadora de la UMSNH, quien también contó que “la introducción de las espuelas de gancho lo hizo bastante sanguinario”; sin embargo, “eran humanos metidos por su propio pie, lo que ahora lo hace más problemático es que el caballo entra por su propio pie, confía en su jinete, pero el caballo en general está completamente borrado del espectáculo; las estrellas principales son los toros de lidia y no los caballos ni sus jinetes”.
Indicó que tiene la intención de buscar las historias, “que las debe haber y deben ser interesantes”, de cómo se dio que alguien entrara con su caballo y lo pusiera en riesgo.