LLAMA QUE PERMANECE
LA POESÍA COMO INMANENCIA
por Raúl Casamadrid
El pasado día 26 de diciembre de 2015, el Diario Oficial de la Federación publica el acuerdo por el cual el año de 2015, por decreto presidencial, es declarado como Año del Generalísimo José María Morelos y Pavón, y nos recuerda que el próximo 22 de diciembre, fecha en la que fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, se conmemorará su bicentenario luctuoso. A partir del primero de enero y durante doce meses, al inicio de todas las comunicaciones oficiales aparecerá la leyenda: “2015, Año del Generalísimo José María Morelos y Pavón”.
Nacido el 30 de septiembre de 1765 en la ciudad que hoy lleva su nombre, Morelos aprendió, como encargado de la biblioteca del Antiguo y Primitivo Colegio de San Nicolás Obispo y al lado de su rector, Miguel Hidalgo, las artes liberales en los rudimentos del Trivium y el Cuadrivium; recibió el título de bachiller y fue ordenado sacerdote en 1797. Sus conocimientos de las Letras y del Derecho le permitieron instalar con éxito en Chilpancingo el primer Congreso de Anáhuac y presentar ahí sus Sentimientos de la Nación. Convocó luego al Supremo Congreso Constituyente y promulgó después el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana (mejor conocido como Constitución de Apatzingán), el primer documento legal donde se proclama la independencia de la Nueva España.
Su figura fue la llama que dio paso, luego, al incendio que llevaría a México a constituirse como país; esta flama iluminó a sus contemporáneos, hombres y mujeres liberales y humanistas como él. Muchos, entendidos en las letras y las bellas artes, decidieron cantar a su figura; ahí están autores como Carlos María de Bustamante, Francisco Manuel Sánchez de Tagle y Andrés Quintana Roo, entre otros.
Una vez declarada la Independencia, luchadores liberales, artistas y reformistas de la nueva patria encontraron en el vallisoletano un modelo a seguir, y también le cantaron; aparece la poesía de autores como Guillermo Prieto, Juan A. Mateos, Manuel M. Flores y Luis G. Urbina.
Posteriormente, ya en el siglo XX, la llamarada que iluminara la lucha por la independencia mexicana también alcanzó a los poetas latinoamericanos, quienes vieron en Morelos la personalidad cuya esencia compartían muchos otros libertadores a lo largo y ancho del continente; por ello, también le cantaron poetas como Pablo Neruda, Jacobo Cárcamo y Julio Sesto.
En el México desarrollado por la industria y la modernidad técnica, jóvenes poetas lograron captar que modelos como los independentistas que encabezó Morelos hacían falta en un país donde las empresas y los políticos de nuevo cuño se coludían para su particular bienestar, dejando de lado los ideales que construyeron la nación; así brotó poesía sobre el cura de Carácuaro de las plumas de Carlos Pellicer, Ramón Martínez Ocaranza, Abigael Bohórquez, Luis M. Campos, Jesús Romero Flores y Cayetano Andrade, entre otros.
Llegado el siglo XXI, a doscientos años de su muerte, la chispa que se convierte en lengua de fuego y que impulsó a Morelos, a Matamoros y a muchos más sigue viva, y poetas de hoy aún recuerdan y loan su gloria. La selección de poemas que Leopoldo González ha llevado a cabo, bajo el título Llama que permanece, es una muestra de que la memoria de un país como México no es ingrata y que sabe reconocer y separar el grano de la paja. La compilación, anotada por el autor y por quien esto escribe, da señas de la vida y obra del héroe independentista y en sus líneas trasluce su génesis, su gloria y su martirio.
Queda esta edición conmemorativa como muestra de la poesía viva, del canto de una nación y del proyecto lírico que encuentra cabida y engarce en la inminencia poética ligada a un personaje de la talla del Generalísimo José María Morelos y Pavón.
- GONZÁLEZ, Leopoldo (comp.), 2014. Llama que permanece. Morelia: Editorial Gospa, 220 pp.
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Leopoldo González: Llama que permanece (video)