5th

marzo
5 marzo, 2024

Víctor Loorman y el juego de las sucesivas transformaciones

La profecía es, acaso, uno de los negocios peor considerados y menos rentables del mundo; sin embargo, no pierde sus bonos en la historia, pues la convicción de que habrá un futuro es uno de los pilares de la vida de nuestra especie. ¿Cómo podrá ser ese futuro?, viene a ser el punto de partida, perverso, si se quiere, morboso, inquietante, pero, asimismo, irrenunciable, en el que el mercado de las profecías tiene su cimiento, más firme que el de la misma columna de la Independencia que aún se ostenta en el Paseo de la Reforma (por más que la gente aficionada a los triunfos deportivos y las parejas bailadores de Rubén Blades la hayan hecho cimbrarse).

Aunque Víctor Loorman, en su flamante novela República Sorjuaniana de México…, pareciera seducido por el hito de aventurar el futuro, basta con leer unas pocas páginas para darse cuenta de que su oficio no es ese, sino la ficción: con una prosa bien calibrada, con la experiencia de haber publicado ya dos novelas y con una formación diversa y bien fincada, que ronda los terrenos de las artes, la literatura, la pedagogía y la narración, el novelista acepta el reto de moverse en el filo de la navaja del debate feminista de nuestros días, y trazar con buenas líneas un mundo posible, lejano en términos cronológicos, pero muy próximo por la cercanía de los conceptos que pone en cuestión.

¿Cómo se tocan la lucha feminista y el movimiento político autodenominado Cuarta Transformación? Cada cual desde su ámbito y trinchera ha afrontado el reto de cuestionar usos, costumbres y valores seculares que han mantenido un estado de cosas favorable para ciertos grupos minoritarios, en detrimento de grandes mayorías. Con el subtítulo de su novela, La quinta transformación, Víctor hace posible establecer el contacto entre ambos movimientos, al partir del supuesto consumado de que La quinta transformación será feminista o no será. Y al describirnos con puntualidad un estado de cosas dado, para el año 2169, ese futuro potencial llega como un tsunami hasta las costas de este año 2024, para recalar en nuestros días y cimbrar esas arenas donde nuestro camastro de lectores quisiera hallar la comodidad y las concesiones de una obra de ficción.

Nada de eso nos da Víctor Loorman: desde la sorpresa hasta la reflexión, pasando por el guiño y la sátira, plantea las posibilidades de un mundo al revés, en el que el nuestro parece revelar su matiz caricaturesco: el autor examina los riesgos de una eventual revolución feminista que se hace con el poder de manera violenta (la quinta transformación) y afronta los peligros que encaró en su tiempo la Revolución de 1910 (que constituyera, lo sabemos, la tercera transformación), tal como el movimiento político que llevó a la presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador se debate en nuestros días ente las embestidas del viejo régimen y las debilidades de quienes acceden al poder político luego de haber enarbolado la lucha desde la oposición y/o la marginalidad.

Permeadas por las de poder, las relaciones de género se ven alteradas grandemente; en la novela, nos asomamos al singular viraje de tortilla que la misma Sor Juana nos reveló cuando su magistral pluma pusiera en cuestión y llevara a extremo las convenciones de la poesía amorosa de su tiempo, dándole una última vuelta a la columna salomónica del Barroco. Desde el ámbito de la ficción y no de la lírica, Víctor entra en su novela a la retórica de los virajes, y prolonga el juego de espejos: ¿cómo sería si los varones (ya como posmasculinos en la sociedad quintateísta) ocuparan un lugar análogo al de las mujeres de nuestros días? ¿Cómo sería ser objeto sexual de las mujeres empoderadas, sin dejar de ser hombres, inmersos, sin embargo, en una sociedad que los objetualiza y mantiene en segundo plano por su propio bien? Cabría parafrasear a la inmortal escritora de Nepantla, convertida en prócer para la sociedad descrita en la novela “¿Por qué queréis que obren bien, / si los incitáis al mal…?”, y la proverbial estrofa de Cuco Sánchez (seguramente clausurado para la época) encontraría nuevo sentido: “Ya ves que no es lo mismo / amar que ser amado; / hoy que estás acabado, / qué lástima me das”. Y el juego de espejos se prolongará cuando asome el amor romántico entre los personajes protagónicos, el escort Lando Clarke y la joven abogada Kyra Dilián; la tortilla dará un nuevo vuelco inesperado en la vida de ambos, y, con ello, se pondrá en cuestión el mundo feliz de la quinta transformación.

La lectura me atrapó desde la primera página. El planteamiento y el abordaje de Víctor son intensos, y el desarrollo de la obra aparece salpicado, como he dicho, de guiños humorísticos (como las referencias a la clausura de expresiones machistas y la adaptación de canciones antiguas, es decir, de nuestro tiempo actual) que hacen amena e intensa la lectura, en la que los alcances del mundo posible de la matria sorjuaniana se imbrican con el inopinado amor de los jóvenes protagonistas. Este, por supuesto, tendrá que encarar los más severos obstáculos, en una sociedad del futuro que ha resuelto algunos problemas específicos, en detrimento de otros: la violencia y el abuso siguen privando (ya bajo el capricho de las mujeres poderosas), y, sin embargo, contra viento y marea el amor sigue erigiendo su imperio caprichoso (“sé que lo siento, y no sé / la causa porque lo siento”, ya lo dijo Sor Juana, poeta y sabia de su tiempo, feminista del nuestro y prócer de la república que la honra en la novela de Loorman).

No es por profética, pues, sino por intensa y bien narrada, que esta historia nos invita a su lectura. Más que hablarnos del futuro, refiere una y otra vez a nuestro presente; vamos de un tiempo a otro, pescando las referencias del mundo actual y aventurando las posibilidades del porvenir. En lo personal, encontré en la lectura buenas razones para cuestionarme, entretenerme y esbozar más de una sonrisa. No estoy seguro de si República Sorjuaniana de México tendrá el mismo efecto en todas las personas que la lean.

Definitivamente, invito a que lo hagan, y que asuma cada cual su propia postura ante esta obra, arriesgada, bien planteada y sin duda perturbadora, que refiere como un hecho la quinta transformación de nuestro país.

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